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martes, 18 de octubre de 2016

"Fotógrafos, una profesión, una afición, una pasión."


FOTO GLEB TARRO
Que Málaga es una capital abierta al mar, es obvio, que es una de las joyas de la corona Europea y  un referente mundial para el turismo, es para estar orgullosos, pero que es la capital mundial de la envidia, del critiqueo y del "trápala" nadie me lo puede negar. En algunos casos el o la jeta, el caradura y el "Lazarillo de Larios" disfrazado de moderno o moderna, se transforma en los nuevos pícaros 3.0. 

Me tomo en serio, y defiendo  la Fotografía, primero porque es una afición que poco a poco se ha ido convirtiendo en pasión, que me ha hecho viajar, conocer gente, exponer en paredes, que no podía imaginarme y sobre todo poder expresarme. He tenido la suerte de vender fotos para editoriales, hacer bodas, books y contar alguna historia, de lo  que pasa de verdad en nuestros barrios marginales y con ciertos colectivos de personas. El dinero, gracias a Dios ha venido, cuando ha tenido que venir, porque está claro que en esta bendita ciudad, hay mucho #tontocontemporaneo que cree que nos hace un favor, si le regalamos una foto, y no, las cosas cuestan dinero y si no se pueden pagar, no se piden. A mi no se me ocurre decirle a un sastre que me haga una chaqueta a medida, gratis. Y menos se marea la perdiz. Y todavía  menos para vanagloriarse en redes sociales, delante de un photocall, lleno de publicidad.

Creo que hay muchas personas equivocadas, que no digo que lo hagan de mala fe. Pero cuando el caradura, intenta beneficiarse del trabajo ajeno, es cuando el fotógrafo, intentando guardar las formas y la educación, sonríe amablemente, o asiente con la cabeza, o simplemente hace oidos sordos y se pone a escribir un post en su blog, que viene siendo una mezcla de terapia y de alivio, denuncia y tirón de orejas,  ante la caradura ajena, de personajes que repito, creen que te hacen un favor.

Facebook es un buen trampolín para mostrar nuestro trabajo como fotógrafos, pero es un arma de doble filo. Málaga muy pequeña para tanto aficionado entre los que yo me cuento, pero aficionado que ha aprendido dos cosas: la primera de mi padre "cuando firmes un trabajo, recuerda que tiene precio", la segunda de un grandísimo fotoperiodista de Málaga: "A la gente no hay que joderle la vida" a la que añado una tercera: "ni pises a un compañero, ni te dejes pisar". Es cuestión de honor, educación, saber estar y por supuesto profesionalidad, aunque la fotografía no me de comer y en muchos casos, ni de beber, agua, ha que ser profesional, o como la mujer del César, al menos parecerlo.

Desde estas lineas, llamaría al sentido común y al respeto, hace tiempo me dí cuenta, que mi trabajo tenia un precio y cuando hago algo gratis, lo hago porque me apetece y con las personas que me apetece, porque no hay mayor satisfacción para un aficionado como yo, que las muestras de cariño, que muchas veces recibes, por la calle o por cualquier red social. Mucho cuidado con las redes sociales, o te ayudan o te hunden, y ya se van hundiendo.

Fotógrafos, una profesión, una afición, una pasión.

@jcebreros20


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